miércoles, 31 de diciembre de 2014

Mil maneras de reciclar un jersey: cambio de cuello.

Hola!!!! Sí, otra vez he estado desaparecida... y no por falta de actividad creativa. Se unen la falta de tiempo para elaborar entradas nuevas, la falta de luz para hacer buenas fotos cuando me pongo a trabajar y a veces también la imposibilidad de hacerlas. Encuentro la oportunidad de trabajar un ratito y si no tengo los medios para hacer las fotos, no puedo dejar pasar la oportunidad de trabajar un rato igualmente. 

De hecho, este proyecto tiene unas fotos de malísima calidad. Falta de luz, prisas, ir trabajando a ratitos en donde he ido pudiendo... sin embargo es un proyecto tan fácil y tan resultón que quiero mostrarlo por si te sirve de inspiración...

El punto de partida es un jersey de tricot fino en un precioso color terracota, de lana de merino al 80%. El pobre lleva mucho tiempo en el cajón porque el cuello que tiene aprieta demasiado para mi gusto. Me daba mucha pena deshacerme de él pero llevaba sin ponérmelo muchos años.
Cuando he vuelto a sacar la ropa de invierno he decidido que ya es hora de renovarlo de algún modo... me preguntaba si podría conseguir descoser el cuello sin estropearlo y deshacerlo para reutilizar su lana, creando con ella un cuello más cómodo y más bonito para mi jersey. Descoser el cuello era un paso delicado pero no difícil, sólo hay que hacerlo despacio, con cuidado y sobre todo, con buena luz. El jersey sin su cuello queda así.
 Después de descoserlo con cuidado, paso a deshacer el punto para aprovechar la lana. Para este paso me resulta muy útil mi ovilladora pero también se puede hacer a mano un poco más despacito.
 Con la lana que me quedó del cuello hice un cuello trenzado, modificando la línea del escote para darle la forma de barco. En principio pensé tejer la trenza completa, haciendo los cruces en el punto, pero hice una prueba y no me gustó mucho así que deshice y empecé de nuevo tejiendo tres tiras de 14 puntos, tejidas con agujas de 2,5 mm. Al tejerlas a punto de jersey, los bordes se enrollarán formando cordones cilíndricos. Como no sabía exactamente lo que me iba a rendir la lana, para no quedarme corta con la tercera tira y tener que deshacer y empezar de nuevo pesé la lana antes de empezar y tejí cada tira hasta gastar un tercio de la lana del ovillo. 
 Con las tres tiras obtenidas, que medían unos 80 cm, hice una trenza y cosí los extremos de las tiras formando un cuello cerrado. Para coser las tiras y que no se notara la unión utilicé una técnica llamada grafting. En esta imagen procedente de esta web explica muy bien cómo hacerlo.
Una vez terminada la trenza la hilvané al jersey para determinar por dónde cortar el escote. Este paso me suele dar un poco de miedo, pero las prendas de lana, una vez se han lavado algunas veces, se pueden cortar sin que se deshilachen o salgan carreras en el punto. Así que le metí la tijera y a continuación cosí el cuello al jersey con una hebra de lana que aún me quedaba. 
 Una vez cosido, le pasé una pasada de plancha suave para asentar la trenza (cuidado con este paso que el punto se estira y se deforma mucho). Y quedó así.
Me queda pendiente una foto un poco mejor y del jersey completo pero mientras, aquí tienes la idea para reciclar un jersey sin mucha dificultad. El proyecto admite muchas variantes: hacer la trenza con tres colores diferentes que combinen o contrasten con el jersey (incluso combinando diferentes materiales con la lana), hacer las trenzas más largas y abrir el jersey por delante realizando un cardigan o tejer otra forma diferente a la trenza para decorar el escote. Es un proyecto con muchas posibilidades!

Y como el año pasado, termino el año aquí, en mi blog. El 2014 ha sido un año complicado. No puedo decir que el balance sea malo pero he vivido cosas que preferiría dejar atrás para siempre. Por supuesto, me quedo otra vez con todo lo positivo, que es mucho. Este año omito la lista. Espero que sigas viniendo por aquí en 2015 y seguir compartiendo creatividad, ideas, proyectos...

Feliz 2015!!!!!

Besos...
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sábado, 29 de noviembre de 2014

Mil maneras de reciclar un jersey: coser a máquina tricot sin que estire.

Hola!!! Llevo varias semanas con este proyecto casi terminado, y también he hecho otro que no he podido fotografiar por falta de luz (qué cortas son las tardes!) pero por fin hoy lo he terminado y lo subo. Este tutorial tiene varias ideas que a mi me han resultado muy útiles:
  • Al descoser una cremallera de un cárdigan el borde queda bonito, bien terminado. Esto lo descubrí hace ya varios años y me sirvió para reciclar muchas prendas poco favorecedoras con esa rígida serpiente que te hace tripa cuando te sientas.
  • Es posible reducir el tamaño de una prenda de punto cosiéndola a máquina y recortando lo sobrante, pero hay que hacerlo con un truquito para que la costura no se estire formando un borde rizado.
¿Te interesa el tutorial? Pues vamos!
Empecé con este cárdigan azul tan abrigadito. Mi primera idea fue deshacerlo enterito y reciclar la lana. No me gustaba ni la forma del cuerpo ni el cuello.

 En cambio sí me gustaba el género. Vale la pena trabajar un poco si la prenda tiene 70% de lana. 
 Sin embargo, esta es una de esas prendas que no se pueden deshacer. El borde remallado nos indica que las hebras de lana están cortadas y que si intentáramos deshacer la prenda no sacaríamos un ovillo de lana continuo sino un montón de trocitos.
 Así que el cambio tenía que ser sobre la prenda. Lo primero que hice fue descoserle el cuello. Al quitarlo dejó al descubierto que el escote también estaba remallado. Ese borde tendré que ocultarlo más adelante.
 El cuello sí está tejido de una sola pieza, por lo que, sin mucho esfuerzo, he obtenido un ovillito de lana que me será muy útil más tarde.
 A continuación me probé el cárdigan para determinar cuántos centímetros estrecharlo, marcándolo con alfileres. Marqué en el interior la costura con un hilván y, para evitar que estire el pespunte en la máquina, le pegué un trozo de cinta de carrocero.
 Hice un pespunte recto y otro en zig zag y listo para recortar. La cinta se despega muy bien si primero le pasamos por encima la plancha caliente.
 Para ocultar el borde remallado del cuello hice un borde de crochet con puntos bajos.

Encima de los puntos bajos hice una hilera de arcos pequeñitos a crochet. Y ya está.
 Para terminar, dándole al cárdigan un aire más femenino, le pasé una cinta de falso ante trenzada bajo el pecho, frunciéndolo levemente para darle el corte "imperio" que tanto me gusta.
 Aqué está el resultado. Renovado y muy abrigadito.¿Te gusta?
Con esta técnica (la de la cinta de carrocero) podemos recuperar muchas prendas. Yo tengo por ahí un pequeño montoncito pendiente de reciclaje.

¿Te ha gustado?

Y hoy  hace tarde de sofá, peli y manta... y agujas de punto.

Hasta pronto!! Besitos.
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lunes, 3 de noviembre de 2014

Orden y concierto

Hola!!! Llevo mucho tiempo sin venir por aquí, entre otras cosas porque he estado sin conexión a internet poco más de una semana. Este tiempo me ha dado margen de tiempo para probar este invento y puedo asegurar que es muy práctico.
Todo empezó con este bolso. ¿No es precioso? Mi amiga Alicia me lo regaló porque sí, porque a mí me gustaba. Sin ocasión especial... está claro que especial es ella como pocas personas en el mundo.
 Es un bolso tamaño portafolios, con mucha capacidad y por ello mucha tendencia al desorden y caos en su interior. Así que por fin, después de tenerlo en mi cabeza sin darle forma del todo durante meses, me puse manos a la obra con un organizador de bolso a mi medida.
He visto muchos modelos y no me convencían por diversos motivos: pesan mucho, poca capacidad, difícil acceso a las diferentes secciones... sin embargo, tenía muy claro lo que yo quería. Una "carpeta" forrada de tela llena de bolsillos a medida de mis cosas. 
Para hacerla, recurrí a tapas de encuadernar recicladas. Las iba a forrar de tela pero antes tenía que planificar la distribución y tamaño de mis bolsillos.
Aquí está el plano de mi futuro organizador. En el fuelle no he puesto relleno de acetato, sólo en los dos laterales.
 Puse encima de las dos tapas todos los objetos que quería organizar y dibujé con tiza los bolsillos. Después los acomodé a una organización que me redujera el número de costuras y me quedó algo así:
Ya tengo hecho el proyecto. 

En una tela negra corté un rectángulo que, doblado por la mitad, cubría los dos acetatos con el fuelle dejando unos 2 cm de costura alrededor. En él pinté los dos rectángulos de los acetatos por una de las caras y también los bolsillos. Me asomé a mi banco de telas para hacer bolsillos estampados y coloridos y corté tres rectángulos de tela para dividir cada uno en tres o dos bolsillos tal y como véis. Con la plancha, volví los bordes hacia adentro y pasé un pespunte por los bordes superiores para que no se deshilachen con el tiempo. A continuación cosí los bolsillos a una mitad de la tela negra e hice las divisiones.
Una vez hechos los bolsillos, había que forrar los acetatos. Cosí por el revés las costuras de arriba y abajo. Volví al derecho la pieza e hice dos pespuntes bajo los bolsillos para que los acetatos no se movieran de su sitio hacia el hueco del fuelle. Metí los acetatos y llegó la última parte y más delicada: cerrar la costura lateral a mano, pues la máquina no puede coser tan cerca del borde del acetato.
Así quedó terminado:

 Al meterlo en el maletín lleva esta posición:
 Y va genial. Ahora meto la mano en el bolso y encuentro todo a a primera... si dejo cada cosa en su lugar, claro!
Aprovecho para enseñarte mi primer proyecto washi tape. Me regalaron unos rollos por mi cumpleaños y luego he ido atesorando algunos más. He encontrado cintas adhesivas decoradas de papel, plástico y tela, pero las más bonitas para mi gusto son las de papel. Con ellas decoré la portada de mi agenda, sacándola previamente de las anillas y agujereando cada cinta con el perforador para que el acabado quede más bonito. Le he tenido que poner un acetato transparente delante para que no se estropee pero ha quedado muy bonita y alegre.
 Y hablando de agendas, después de realizar aquel pequeño cuaderno de notas para el bolso con el estilo de mi falda, me encargaron dos, uno para una adolescente en plena etapa rosa y otro para una chica de trentaitantos. Y como a mi me gusta... libertad total, házmelas como tú quieras.
Aquí están. La clienta está contenta, pues me ha encargado otras dos. Le parece un bonito detalle para regalar. A mí también.
Si quieres una de estas bonitas agendas de notas, una agenda 2015 personalizada o un cuaderno un poco más grande pero igualmente muy personal, escríbeme a lohehechoyo@gmail.com. Acepto encargos! El precio dependerá del tamaño del cuaderno y los materiales que lleve.

Como ves, hoy estreno firma, más acorde con mis gustos que la anterior pero en la misma línea. 

¿Qué tal la entrada del otoño de verdad? ¿Huele ya en tu casa a castañas asadas?

Besitos!!!
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miércoles, 15 de octubre de 2014

La agenda, el vestido de la doctora juguete y unas galletitas

Hola!!!! No, aunque lo parezca, no me ha tragado la tierra. He tenido mucho trabajo y aún así he ido intercalando trabajos, pero no he podido subirlos. Así que hoy he pensado hacer una megaentrada con un montón de cosas que tengo pendientes de publicar.
En primer lugar, esta agenda. Me la encargó mi profe de costura para llevarla en el bolso (es tamaño A6) y más que agenda es un cuaderno de notas. Ha tenido tanto éxito que ya me han encargado dos más. He conservado el estilo de mis faldas de la entrada anterior y, de camino, aprovechado los trocitos más pequeños de cinta.
 Junto al cuadernito de mi profe he hecho otro imitando el libro de las pupas de la Doctora Juguete, que se ha convertido en el personaje favorito de mi sobrina de tres años. Con su elocuencia habitual me pidió un libro de las pupas con un corazón rosa muy brillante y una diadema morada muy brillante también. Puedo asegurar que, durante unos días, toda la zona donde elaboré el cuaderno y la diadema quedaron brillantes como estrellitas. El trabajo está hecho con un retal de tela rosa, cola blanca, lentejuelas transparentes y mucha purpurina. 
 El siguiente trabajo es un vestido muy otoñal. Mi hermana lo compró para Sara sin más adorno que las rayas. Lo iba a combinar con leggins de diferentes colores así que quería aportarle color... y me dio carta blanca para que le pusiera lo que mejor me pareciera. Éste es el resultado: aplicaciones, bordados a mano y botones de diferentes tamaños y colores... 
 Las piezas de nácar que forman la flor roja, el centro de la rosa y el cuerpo de la mariposa las compré hace tiempo en una tienda on line que se llama opitec. Tienen cosas preciosas para manualidades y labores. En esta foto se pueden apreciar con más detalles estas piezas.
Y por último, las galletas. He dicho ya alguna vez que no haré de este blog uno de tantos de cocina. Pero me parece justo compartir esta receta porque he vivido con frustración la búsqueda sin éxito de algún tipo de galleta adecuada a la alimentación tan restrictiva de mi pequeña sobrina Natalia. Sus problemas digestivos han abocado en la eliminación de su dieta de todo lácteo, huevo, trigo y soja. También tiene prohibidos todo tipo de cacaos y los frutos secos. Así que me he lanzado a intentarlo y las galletas que me han salido, además de fáciles y rápidas, están muy ricas.
Para hacerlas sólo hacen falta cuatro ingredientes:
200 g de harina panificable sin glúten (compré la del mercadona por su precio y porque no contiene trazas de soja ni frutos secos)
100 g de marganina artúa (100% vegetal sin trazas de lácteos)
100 g de azúcar
El zumo y la raspadura de una naranja.
Lo mezclé todo menos el zumo y lo fui agregando poco a poco mientras amasaba para conseguir una textura adecuada para estirar. La estiré con el rodillo (aproximadamente 0,5 cm de grosor) y la corté con cortapastas. los trocitos más pequeños que me quedaron al final los amasé en forma de palitos. Calenté el horno a 180º y las horneé 15 minutos. Al salir del horno están blandas, cuando se enfrían quedan crujientes. 
Me han gustado tanto que quiero intentar otros sabores: manzana y canela, vainilla... y también probar a hacer saladitos. 
Esta receta ha sido un experimento personal y por eso la publico. No he encontrado recetas que cumplieran todos los requisitos. O tenían huevo, o tenían soja o frutos secos... así que la comparto por si alguien necesita algo así y no se atreve a experimentar.

Y mientras he estado sin escribir se ha marchado el calor y han venido las lluvias y el otoño. ¿No es el mejor momento para coger las agujas y la lana?

Hasta pronto y besitos!!
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jueves, 4 de septiembre de 2014

Dos versiones con faldas y... a lo loco?

Hola!!!! Parece mentira pero ya llegó septiembre. Los últimos días de agosto he estado en intensa actividad creativa, pero como tenía varios proyectos a la vez, no terminaba ni podía subir ninguno. Y nos hemos encajado en el mes de los exámenes y el inicio de curso... Menos mal que estos proyectos sirven en cualquier estación. 
Ya he publicado varias entradas sobre la personalización de prendas con cintas. Aquí tenemos otra idea que llevaba tiempo rondándome. Las dos faldas pululaban entre mi armario y mi bolsa de donaciones porque no me terminaban de convencer así que hasta he reciclado.
 Tenía muchas ganas de una falda glitter o falda joya y también de hacerme una versión mini de mi eterna falda folk que ya mostré aquí. Además, por mi cumple me regalaron este cofre de prensatelas para todo. Entre ellos existe uno para aplicar tiras de abalorios con la máquina de coser, unos cuantos para aplicar cordones de diferentes tipos y uno para aplicar cintas. En otra entrada explicaré a fondo las utilidades de los prensatelas.


Con estas perspectivas me puse manos a la obra, y aunque yo he llevado los dos proyectos simultáneamente, los explicaré por separado para que quede mas claro.
Empezamos con la falda folk. La primera vez que la hice me inspiré en un modelo de zara que le vi a una compañera pero que no encontré en la tienda.  
 Para mí, lo más difícil de este proyecto es reunir las cintas, tapacosturas, piquillos, puntillas... para decorar la falda. Me lleva muchas visitas a mercerías, tiendas de manualidades y bazares. En esta foto no están todas las que son ni son todas las que están... fui cosiendo y comprando cintas nuevas mientras otras las descartaba.

Y aquí está el resultado. Es mucho más fácil si la tela de la falda no es elástica (no era mi caso, pero como estaba reciclando...) Sólo hay que unir las cintas a la falda desde el borde inferior procurando mantener líneas paralelas y no demasiado espacio entre ellas. Puedes probar la combinación superponiéndolas sin coserlas y así hacerte una idea de cómo quedarán... yo no lo hice. Las he ido combinando de forma intuitiva, algunas las he comprado después e incluso he llegado a descoser alguna que otra porque no me convencía. No hacen falta en absoluto prensatelas especiales. Incuso, si tienes paciencia, se puede coser a mano.
 Me hubiera gustado poner más tapacosturas de florecitas o similares, pero la mayoría de las tiendas tienen pocas y en colores bebé o por lo menos ñoños para el estilo que yo buscaba. Aquí puedes ver con más detalle las cintas utilizadas.
 Vamos a por la segunda falda. Quería que la tela fuera más formal. No es una prenda que me vaya a poner para ir al trabajo... Y que sirviera para invierno y verano. Esta falda tiene una larga historia que ahora no viene al caso (vamos, que es muy vieja... pero el poliéster tiene eso: ni destiñe, ni se deforma, ni se estropea...) y he adaptado el largo a mi gusto cosiéndole el dobladillo antes de empezar. Ufff! otra vez tela elástica! Qué le voy a hacer, hay que reciclar! Hasta un botón le falta. Tengo que buscarle dos iguales que le valgan.
 Materiales: Ahora cambiamos los tapacosturas y piquillos por cintas de lentejuelas, terciopelo, pasamanerías y cordones metalizados y abalorios. Me he centrado en los colores negro, perla, plata, oro, bronce y la gama de marrones.

 El procedimiento es similar: unir las cintas desde abajo, paralelas al borde.Las lentejuelas es más fácil unirlas a mano, la aguja de la máquina tiende a destrozarlas. Los abalorios los he aplicado con un prensatelas especial, pero el mayor trabajo consiste en enfilarlos previamente en un hilo muy resistente. También se puede hacer a mano con un poco de paciencia.
 Las cintas que en la foto se aprecian onduladas se ven perfectas con la falda puesta, debido a la elasticidad del tejido. En detalle, el adorno de esta falda:

Y me han sobrado metros y metros de cintas para futuros proyectos. 

¿Te gustan? ¿Te animas a intentarlo?

Dentro de nada de nuevo con la lana!!!

Besitos!
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lunes, 18 de agosto de 2014

Ensayo-error: sandalias playeras

Hola!!! Este proyecto es un tutorial a medias. Hice tantas pruebas e intentos que, al final, me faltan fotos de los pasos importantes. Espero dejar claro el proceso en la explicación y, si tienes alguna duda, puedes consultarme cualquier cosa por correo electrónico.
El origen de este proyecto está en las famosas chanclas ipanema. Me encantan sus colecciones pero enseguida se agotan los modelos que me gustan, tanto en tiendas físicas como en tiendas on line. Como no las encuentro ipanema busco algún otro modelo que me guste, pero también es difícil porque las prefiero con un poco de cuña y no completamente planas. Aquí empieza la odisea. Parece que la plataforma conlleva el mal gusto... Después de mucho mirar y poco comprar encontré este par (y otro parecido que está a la espera de su transformación) en un bazar chino y a un precio muy interesante así que... a transformarlas!
 Primero lo intenté tiñéndolas de marrón. Quedaron en color caldera pero las tachuelitas doradas no me gustaban y el ancho de las tiras tampoco...
 Segundo intento: recorté las tiras por la mitad. Tampoco quedaron muy bien. Las tiras eran demasiado gruesas y los bordes no quedaban muy bien.
 Corté por lo sano... Lo siento, no hay foto de este paso. Corté del todo las tiras dejando sólo la central, por la que pasa el dedo. Con un cordón encerado color chocolate (procedente de los típicos cinturones de macramé) hice unas tiras nuevas pinchándolo en la suela por las hendiduras en las que se insertaban las tiras. Para fijar los cordones a la suela rellené con cola termofusible las uniones y quedó muy fuerte.
A continuación busqué el arsenal de abalorios y lentejuelas para decorar unas sandalias tan espartanas. Después de mirar por la red decidí hacer unos motivos circulares de abalorios que decoraran el centro de la sandalia.

 Para hacerlos, recorté en fieltro marrón los círculos, marqué el centro y fui uniendo abalorios desde una cuenta central, haciendo círculos de cuentas alrededor, hasta alcanzar el diámetro deseado. Una vez conseguido, es importante reforzar la unión de las cuentas al fieltro con muchas puntadas ya que el motivo está sometido a muchos roces y se puede estropear con facilidad.
 Y éste es el resultado. Después de usarlas dos semanas hay muchas cosas que cambiaría, pero estoy contenta con el resultado y este rodaje me servirá para pulir los errores en el próximo par.  
No son Ipanema ni tampoco se parecen. Son diferentes a todas y por eso me encantan. ¿Te gustan? Espero que sí!

Feliz semana. Besitos!
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