Y hemos vuelto: al trabajo, al mes de septiembre, a las pequeñas rutinas diarias... Y con gran alegría también a los encargos. Mientras recopilo materiales para mis nuevos trabajos he puesto en marcha un proyecto-tutorial que tenía muchas ganas de probar: el rotulador para cerámica que mi hermana me regaló por mi cumple con otros muchos materiales para manualidades. Me ha llevado algún tiempo encontrar tazas blancas tipo mug (por las mañanas necesito "un cubo de café") y cuando las encuentro... hay dos tipos! Me las he traído las dos, por si la tinta se adhiere mejor a alguna de las dos.
Como desde pequeña tengo algo más que afición por la pequeñaja Mafalda, he buscado estos dos dibujos tan bonitos y los he impreso al tamaño necesario para la taza. (aproximadamente unos 8 cm de alto) He recortado unos cuadrados de papel de calcar de otro color, para diferenciar lo que está pintado con el rotulador y con el calco.
Tan fácil como pegar el dibujo y el calco debajo con fixo a la taza, donde queremos que salga el dibujo. Como soy zurda y me gusta coger la taza con la mano izquierda, he puesto el dibujo a la derecha del asa. Que ilusión, mis primeras tazas zurdas!
Este paso es facilito... como cuando era pequeña y tenía que calcar un mapa, pasé el bolígrafo apretando un poco. También es mejor coger un boli que no sea negro para saber lo que llevas calcado y lo que no. Así se queda una vez calcado el dibujo.
A continuación se pasa el dibujo a rotulador. Esta parte ha sido la más difícil, el rotulador se atasca con los residuos del calco así que hay que ir limpiando la punta a menudo. No sé si daría mejor resultado calcándolo con lápiz de grafito. Probaré y editaré la entrada.
Así quedó la taza una vez pintada y seca. Los restos de calco los quité con una servilleta de papel, frotando muy suave en seco.
En las instrucciones del rotulador indica que la tinta se fija en el horno, calentando a 160º por 90 minutos. Advierte además de la necesidad de introducir la pieza con el horno frío para que se caliente gradualmente y lo mismo a la hora de enfriarse, es necesario dejarla en el horno para que se enfríe poco a poco también. Así quedaron terminadas. Aún no las he sometido a la prueba del lavavajillas pero sí las he lavado a mano con una esponja y el dibujo es resistente al agua, al jabón y a la fricción.
Aprovechando el experimento, he probado otros rotuladores que tengo por casa y que no son para pintar cerámica en una zona no visible de la taza. Había leído en algún sitio que también se fijan a la cerámica si se hornean. En ese post hablaban de la marca sharpie. Yo probé todos estos: los metalizados de giotto, un permanente negro de los chinos, un staedtler rojo y un edding plateado.
Después del horneado (se me olvidó hacer fotos antes...) y el fregado así han quedado las pruebas que hice: el rotulador rojo se había borrado prácticamente antes de fregar y se borra sólo pasando el dedo. El negro tampoco ha pasado el "control de calidad". En cambio, el plata y los metalizados (excepto el rosa) han quedado bastante bien, aunque hay que esperar la prueba del lavavajillas.
Así que te animo a probar y experimentar. A mi me han inspirado sitios como
éste y
éste otro... pero hay montones!
Edito para contar cómo ha resultado el experimento con rotuladores no especializados. Como era de esperar, el lavavajillas ha eliminado en dos o tres lavados todos los rotuladores que probé en la base. Sólo el plata ha resistido un poco más y finalmente desapareció. En cambio, los dibujos de Mafalda permanecen perfectos. Está claro que si hay un producto específico para una utilidad, siempre será mejor. Pero tenía que intentarlo!
Mucho ánimo para afrontar la semana. Besitos!